Adicciones. Que estamos haciendo?

Nosotros como Cristianos elegidos y escogidos por Dios, con el amor de Dios y el evangelio de Jesucristo podemos ayudar a quienes hoy luchan contra las adicciónes. Hace falta, un compromiso sincero no solo ante la Iglesia, sino mas bien ante la sociedad toda, a fin de coadyudar a la dificil tarea que estan viviendo muchos de nuestros «vecinos/as», luchando en familia, contra este tremendo flagelo que esta matando a nuestros adolescentes y jóvenes.

La adicción es una de las herramientas clave del adversario en la actualidad. A través de la adicción a las drogas, la pornografía, los dispositivos electrónicos, alcoholismo u otras sustancias y comportamientos, el albedrío puede ser robado y una persona es llevada a abandonar lo que sabe que es correcto.

Citamos un contenido del presidente M. Russell Ballard, quien dijo en su discurso de la conferencia general de octubre de 2010, “Según el diccionario, cualquier adicción implica someterse a algo, y así renunciar al albedrío y convertirse en dependiente de alguna sustancia o comportamiento que destruye la vida”.

Damos una descripción general de lo que sucede en un cerebro adicto a las drogas, pero señaló que “lo mismo que sucede en el cerebro con la adicción a las drogas sucede con todas las adicciones”. En el caso de la enfermedad de la drogadicción, el cerebro tiene un defecto y el síntoma es la adicción. Pero esta persona ya está en desventaja porque “el cerebro es un órgano duro”, “No existen buenas pruebas para las enfermedades cerebrales”. No hay forma de analizar a alguien para ver si se convertirá en un adicto más adelante en la vida. “Cuando la adicción comienza a suceder, irá al subconsciente, al cerebro medio, y se volverá automático”.

Entonces, cualquiera que le pregunte a un adicto, “¿Qué estabas pensando? ¿No estabas pensando en tu familia?” la respuesta honesta es y será “No”.

“El problema con las drogas y la adicción es que libera mucha dopamina. Al mismo tiempo, eso hace que este umbral de placer sea tan alto que los eventos que todos disfrutaban en el pasado ya no son agradables”, dijo Webb. A menudo, los consumidores de drogas se sienten incapaces de ser felices sin el aumento brusco de dopamina que proporciona la sustancia.

Todos quieren y necesitan sentir el amor de Dios. “Cuando no lo hacemos, vamos en una de dos direcciones. O nos negamos el amor a nosotros mismos o buscamos el amor en fuentes externas. Si nos negamos el amor a nosotros mismos, se parece al suicidio, a la automutilación, al consumo de drogas y alcohol o a los trastornos alimentarios. Si buscan el amor en fuentes externas, se parece a la popularidad, el sexo, las cirugías estéticas, las pandillas o las mentiras”. Nada de estos llenará el vacío dejado por no sentir el amor de Dios.

Nuestra prédica es que Cristo puede librarlos hoy de esa esclavitud si le entregan sus vidas y voluntad, “Él los ama, nunca los guiará mal. Y Él no solo conoce el camino, Él es el camino”.

La gran pregunta es si podemos ayudar a Adolescentes, Jóvenes, etc a superar este flagelo? Sí, se lo puede ayudar, pues es la Palabra de Dios y Él, quien consuela a los desanimados (2 Corintios 7:6). Aunque no es un libro de salud mental, la Biblia ha ayudado a muchas personas a vencer los pensamientos suicidas. Los consejos prácticos que contiene también pueden ayudarlo a usted.

Cuando tenemos pensamientos que nos angustian, necesitamos ayuda. Dice la Biblia: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17).

Tal vez se sientan solos, pero no lo están. Dios sabe por lo que están pasando. Y aunque hayan perdido las ganas de vivir, Dios se preocupa por ellos. El Salmo 51:17 dice que Dios no rechaza “un corazón quebrantado y aplastado”. Está claro que Dios les ama y quiere que vivan.

Lo que dice la Biblia: “A la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes” (1 Pedro 5:7). Dios quiere que se le cuente todo lo que siente y le preocupa. Dios puede dar paz interior y fuerzas para seguir adelante (Filipenses 4:6, 7, 13). Así es como Dios ayuda a los que se acercan a él (Salmo 55:22).

Dios conoce los corazones (2 Crónicas 6:30). Jehová conoce las razones que lo llevan a pensar que el suicidio es la única salida. También entiende sus sentimientos, que, como se dijo, pueden ser de culpa o vergüenza (Salmo 139:1).

Es cierto que para Dios la vida es muy valiosa, pero sepamos que está dispuesto a perdonar a quienes han llegado a pensar en quitarse la vida (Salmo 86:5). Muchas personas que intentan suicidarse en realidad no quieren acabar con su vida, sino acabar con su dolor. Jehová puede ayudarlos incluso si su propio corazón los condena, porque él “es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas” (1 Juan 3:19, 20). Sí, Jehová quiere ser para todos ellos “el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo” (2 Corintios 1:3).

Hoy la iglesia debe levantarse y proclamar que solo Jesucristo, salva, sana, libera, protege, restaura y da nuevas fuerzas. Nos entristecemos cada dia que vemos que satanás el diablo, se lleva a unos de nuestros adolescentes y/o jóvenes por el consumo de estupefacientes, ya que nuestro pensamiento y reflexión es, habrá llegado el evangelio de Dios a ese hogar, a esa familia, a esos adolescentes y jóvenes?

Es necesario sentirnos tocados por cada una de las situaciones, pero no para solo entristecernos, no, por el contrario, para levantarnos del sueño de la indiferencia que muchas veces nos aprisiona y perdemos oportunidades de llevar este evangelio “a toda criatura”.

Por último, ORAMOS por cada familia de nuestras ciudades, que estan atravesados por este flagelo en algún o algunos integrantes de sus entornos, y acrecentamos nuestro clamor y lloro a nuestro Dios para que sean SALVOS Y SANOS de “esta enfermedad”. LES BENDECIMOS.

Consejo de Pastores Evangélicos de San Antonio Oeste «CoPEv»

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